Esta es la continuación de un texto previo donde siento algunas bases para diagnosticar el “infantilismo” de la imagen y algunas nociones de alfabetismo visual.
Pueden leer ese texto acá:
Ya puesta la pelota sobre el piso me gustaría poner un ejemplo específico desde una visión crítica de recursos gráficos en un libro de poesía. Voy a utilizar Nada de Malú Urriola pues creo que se dan unos presupuestos interesantes para un somero análisis de las circunstancias de producción del libro y de su recepción crítica.
Me interesa preguntar qué hacen las imágenes en esta obra, es decir, cuál es su unidad de sentido, si existe secuencialidad, si existe un estilo definido y de qué forma éstas se combinan con el texto. Por último, me interesaría inquirir qué rol tomo el diseñador/editor del libro frente a la propuesta de la autora1.
Las imágenes de Nada
En total, el cuerpo del libro contiene 11 imágenes, nunca encontramos dos de ellas en páginas consecutivas, éstas siempre están acompañadas de texto en la misma página, y se encuentran en un total de 94 páginas desde la dedicatoria hasta el último verso.
Estas son las cuatro primeras (haz click para ver cada una de ellas):
De estas cuatro ya queda claro que no comparten unidad de estilo de lo que podría deducirse que vienen de diferentes fuentes. Para explicitar la diferencia, la imagen inferior izquierda tiene un patrón de semitono (emula el agua del nadador) disímil del resto de las imágenes que sólo son ilustraciones. Hay una secuencialidad temática: salvavidas, aparatos de buceo, nadador, buzo.
Respecto de las fuentes, al menos pude verificar2 que la imagen del casco tiene su fuente original en la Enciclopedia Británica de 1911, donde queda más claro el carácter pedagógico de la imagen con las explicaciones de sus partes.
Sigo con las cuatro siguientes imágenes:
Se ensancha la brecha de estilos en estas cuatro imágenes: un bocadillo de muy mala calidad, un dibujo que parece un grabado, una imagen realista (fotografía) y un ícono. La secuencialidad temática aquí se rompe.
Es interesante notar que en la reseña “Acerca de Nada de Malú Urriola” (Por Marina Arrate) se describe el uso de estas 8 imágenes de la siguiente manera:
(…) en la página 9, un hombre con una suerte de salvavidas antiguo, y las palabras abajo “sobrenadando”. En la página 17, una cabeza de buzo, y abajo con la lógica invertida “adentro el agua, afuera el aire”; en la página 21, el dibujo de un hombre nadando, un dibujo didáctico de la braceada del estilo mariposa, brazo izquierdo arriba, la cabeza bajo el agua, sin levantar la cabeza: un pez en el agua; en la página 23, el buzo bajo el agua con la leyenda abajo: “los días fueron brotando hasta convertirse en un ancho mar”; en la página 69 una foto de cabeza de pez, con la siguiente leyenda abajo. “That’s the poetry genius/ Un gran pez no muerde el anzuelo./ Ni se calcina mirando el mar”; en la página 71, el dibujo de un pez y abajo la orden “push/ y a la nada vamos”.
El hombre como un pez que nada. Que nada en la realidad que a la nada va. Los siguientes versos de la página 86 pueden enriquecer esta simbología:
“En el fondo del ojo de un pez, hay un pez sin fondo. Por el agujero del ojo del pez puedo llevarte al mar,/ You know, el lenguaje es una convención,/ y mi único Paradise lo pongo a tus pies”.
Por el ojo del pez se va hacia la nada. El uso ambivalente de la figura del pez con su fuerte reminiscencia cristiana, es igualmente alucinante. Por el agujero del ojo del pez caemos al infinito. Que se pone a los pies del otro. En gesto de amor.
La comentadora primero se limita a reseñar las imágenes y su contexto, en ese sentido, el primer párrafo es meramente descriptivo. Los párrafos siguientes intentan pasar de la descripción a la interpretación de algunas imágenes. Pero la mayoría de esas imágenes ya se encuentran contenidas en el texto. Cabe entonces preguntarse cuál es la relación que tiene la imagen con el texto, cómo están interactuando, qué efectos intentar producir en su conjunto.
Para abonar más este argumento me voy a detener brevemente en la clasificación de combinaciones realizadas por Scott McCloud en su ya clásico Understanding Comics.
McCloud reconoce que la posibilidad combinatoria de texto e imagen es infinita pero él hace un desglose reconociendo las siguientes taxonomías:
Palabras específicas: preeminencia del texto, la imagen no añade nada al texto.
Dibujos específicos: preeminencia de la imagen, el texto no añade nada a la imagen.
Duales: Texto e imagen transmiten lo mismo.
Aditivos: Texto o imagen desarrollan un aspecto de la otra.
Paralelos: texto e imagen van por caminos distintos.
Montaje: el texto es tratado como imagen.
Interdependiente: texto e imagen en su conjunto transmiten un sentido que por separado no podrían. Puede haber preminencia de uno o de otro.
Viendo estas posibilidades combinatorias, la mayoría de las imágenes presentadas no añaden sentidos adicionales al texto. La primera excepción es del bocadillo que si presenta una relación de interdependencia con los versos de esa página. A su vez, la imagen del salvavidas con el texto “sobrenadando” y el casco de buzo con el texto “Dentro el agua, afuera el aire”, presentan un carácter aditivo. En ambos casos, esas combinaciones de texto e imagen habitan un lienzo individual, lo que las convierte realmente en viñetas, separadas por el blanco de la página a encapsular el juego de sentidos que deambulan y se combinan de texto a imagen y de imagen a texto.
Ahora bien, como se trata de un poemario, donde el principal contenido son manchas de palabras (versos) con ocasionales dibujos, a lo mucho se podría argumentar que los recursos visuales tendrían como fin enfatizar algunas “imágenes poéticas”, lo que no disminuye realmente la redundancia de la mayoría de los elementos visuales.
Esta tesis se puede confirmar en las últimas 3 imágenes:
No hay secuencialidad alguna. La imagen del aerógrafo parece tomada también de una enciclopedia, como se puede ver en el recorte de palabras que comienza con ADV, y que no comulgan con nada dentro del contexto del poemario. La imagen del corazón explicita cómo el tratamiento de los recursos gráficos es desigual, pues todos los elementos de esta imagen (incluidos los señaladores y las palabras que acompañan al corazón) están tramadas3 y en este sentido es la única imagen que está trabajada de esta manera en toda la obra. Esto claramente no es intencional.
En una línea, el uso de imágenes es irregular, no realmente secuenciado ni interdependiente y a nivel visual carecen en su conjunto de coherencia, estilo unificado y de un mismo tratamiento gráfico.
Graphic Design is my Passion
Llegados a este punto creo que es dable decir que la pertinencia de las imágenes es discutible, su uso es mayormente derivativo y que en general su tratamiento es bastante pobre a nivel de edición y diseño. Y en este sentido creo que es importante volver a esta imagen para concluir este análisis:
No entiendo cómo una editorial como LOM validó un recurso gráfico tan malo. Un Clip art habría sido una mejora, que es mucho decir. Si se utilizaban otros recursos visuales en el libro, bastaba tomar un bocadillo de una historieta cualquiera y montarla como collage, o realizar un globo de texto en Illustrator, o (por último) descargar una imagen de stock. Cualquier cosa habría sido muchísimo mejor.
A ello vale añadir que la elección tipográfica del poesía v/s ficción es pésima, lo esperable para resolver este elemento era utilizar alguna variante más propia del lettering de historieta, en vez de una plana Arial. Otra vez, nada imposible de buscar o conseguir. Da la impresión que no se pensó.
En mi parecer, esta página ilustra una profunda ignorancia y dejadez editorial y de diseño. Aún si la imagen provenía del borrador de la autora, a la editorial no le costaba nada traducir esa idea en una calidad gráfica aceptable. Por último, tengo la convicción de que esto atenta contra el texto mismo al reducir la calidad de la obra en su conjunto.
Los bocadillos como convención gráfica están insertas dentro de una tradición que se rastrea tan lejos como el siglo II después de Cristo. Se ven notables ejemplos de su uso a partir del siglo XVII y su masificación definitiva comenzaría en el siglo XIX a partir de la popularidad de la historieta. Con tanto tiempo a su haber, la gramática de este elemento se encuentra ya asentada y como todo signo comunicativo vive en constante evolución.
Vuelvo a la reseña de Marina Arrate. Ella evalúa que la poesía de Malú Urriola posee un “nihilismo irónico, paródico, juguetón y amargo” y continua:
A modo de ejemplo quisiera mencionar un juego de la página 45. En ella aparece un globo de mono animado en cuyo interior leemos “Poesía versus Ficción”, es decir una conversión de la antigua sentencia Realidad versus Ficción. Ella condensa la ironía, sin duda trágica, o amarga, de la vocación, el propósito de ligar el arte a la vida, que condujo la poesía del siglo pasado. Se ha convertido el término Realidad por Poesía. En este libro, esa vocación sigue incólume. Sin embargo, se ha ironizado. La conciencia de la poeta instala en el libro las mediaciones, del lado de la realidad, que vuelven ese propósito virtualmente irrealizable. El recurso de colocarlo dentro de un globo de mono animado, propio del género del “comic”, instala el chiste del cliché y la parodia de los entretenidos recursos postmodernos. Y sin embargo, como un mono porfiado, he aquí nuevamente, del lado de la Realidad, a pesar de todo. Una loca aporía.
Esta reseña es del año 2003. Que la reseñadora utilice “globo de mono animado” es muy indiciario. El término correcto es globo de texto o bocadillo. La historieta, por definición, no es animada y las animaciones nunca han usado bocadillos.
Por otra parte, la historieta o cómic no es un género; es un medio. La frase está tan mal planteada como decir “el género del cine”.
Este lenguaje equívoco se ve acentuado cuando señala que este elemento del cómic instala “la parodia de los entretenidos recursos posmodernos”.
Me gustaría una explicación sobre el sentido que la autora atribuye a esta frase. Lo que yo leo de la frase (puedo estar equivocado) es una negación o ignorancia de toda una tradición -no solo de historieta -si no de poesía visual- en cuya intersección se tensan y cuestionan las relaciones entre texto e imagen. Y más aún, en los 60s y 70s ya se pasó por toda esa "postmodernidad" a la que se refiere con notables obras y ella está comentando el 20034, a inicios del siglo XXI. La comentadora parece no tener la cultura visual para comprender que no hay novedad pero sobre todo no hay calidad gráfica en el recurso empleado.
Con estas consideraciones en mente. Dejo la pregunta flotando: ¿Era necesario el bocadillo?, ¿podría haber sido un título o sencillamente otro verso?
Quiero una vez más hacer explícito que mi interés en este caso de estudio es hacer un análisis crítico de los recursos gráficos de la obra y de la crítica asociada sobre estos mismos recursos. Mi impresión es que en Nada los recursos gráficos no solo son mayormente dispensables, si no que además están mal trabajados y diseñados, lo que me deja una muy mala impresión del trabajo de diseño y edición. La visión de la autora queda entonces disminuida al no haber tenido una mínima retroalimentación.
Esto no queda solo aquí.
En Bracea (2007) de la misma autora y también por LOM, la editorial presenta así el poemario:
Este libro nos introduce en una escritura y visualidad que tensiona lo monstruoso con lo normativo en un juego de ausencias, presencias, miradas, dobles y otredades. A modo de diario íntimo, se narra poética y fragmentadamente la niñez de una sujeto, mezclándose con injertos de las voces de los personajes que la rodean, e imágenes que van desde un dibujo de la princesa caballero, hasta fotografías que hacen referencia a los personajes.
Las imágenes usadas y todos los recursos visuales usados tienen carencias gravísimas a niveles básicos. Solo quiero dejar de manifiesto una pincelada para que entiendan a lo que me refiero. El dibujo de La Princesa Caballero en la página 16, (de apenas 6 x 7 cms) está pixelado:
La hipótesis de analfabetismo visual se cumple y deja un panorama censurable de cómo la labor editorial y de diseño actúa en desmedro de la obra. Nuevamente pregunto, una casa editorial con al menos 10 años de experiencia luego de diagramar y de recibir una prueba de impresión ¿no fue capaz de cuestionar la calidad de los recursos de una obra que luego define como “una escritura y visualidad”?, y luego ¿ninguna voz crítica hizo un mínimo apunte o reproche?
Sencillamente imperdonable.
En ese sentido, vale la pena remarcar que no es de interés evaluar la calidad del texto si no la pertinencia, coherencia y calidad de los recursos gráficos.
Gracias a Noir Yaguara.
Tramada, quiero decir que se la ha estilizado (o venía estilizada de su fuente) con un patrón de semitono.
Para no dejar en el aire la posibilidad de comentar algunas obras de interés:
Para los interesados en profundizar estos asuntos:
Textos ilustrados o ilustraciones textuales: La relación entre la poesía visual y la historieta en América Latina (1985-2009) - Christopher Müller
Poesía Visual Y Su Relación Con La Historieta Abstracta - Federico Ferro
Relaciones entre cómic y poesía - José Alfredo Ballesteros López