Pienso en un texto cuyos destinatarios principales sean editores de libros -gente que trabaja en el mundo del arte y de la cual podríamos esperar un mínimo de sensibilidad- explicando porqué no deberían usar algoritmos generadores de imágenes para las obras que publican.
El algoritmo generativo se ha convertido en extraña musa de quienes, quizás, no tienen la paciencia, las competencias o los recursos para crear una obra original. Tal vez carecen de una visión sobre lo que un libro es: eminentemente, una pieza gráfica, una tecnología de lienzos sucesivos.
Si tuviera que ponerlo en simple: no sería distinto reproche si se señalase que un libro tiene faltas de ortografía. Estas imágenes generadas por modelos predictivos siempre adolecen de defectos formales y sustantivos y no saber percibirlo es una forma de analfabetismo, casi como si pudiésemos decir: esos editores no saben leer.
El Arte de la Mediocridad
Las imágenes generadas por algoritmos son, en su mayoría, genéricas y provienen de bases de datos que han sido alimentadas con obras de artistas reales. El resultado es un menjunje de estilos y conceptos que, pueden parecer interesantes o verosímiles al voleo, pero realmente carecen de originalidad y sentido.
Tomemos esta imagen y los comentarios del ilustrador David López al periódico El País, en una de las controversias más recientes sobre el uso de estas herramientas:
“Hay muchas pruebas. Todas las imágenes realizadas por IA se parecen bastante, con un dibujo fotorrealista con gente anodina y que responde a cánones de belleza estrictos: narices pequeñas, pómulos altos, cuellos imposiblemente largos y los ojos son de dos personas distintas. También la IA tiene muchos problemas para dibujar partes donde el pelo interactúa con las orejas. El rostro tiene como un acabado muy perfecto, pero el fondo está desdibujado y no hay rastro de ninguna pincelada”,
Se refiere a la portada de la novela "Juana de Arco" de Katherine J. Chen, lo que llevó a varias librerías de España a retirar el libro. Aunque la editorial Planeta afirma que la cubierta fue diseñada por un miembro del equipo con herramientas convencionales que incorporan esta tecnología, críticos como David López argumentan que esto desvaloriza el trabajo artístico y plantea problemas éticos.
De paso repasa todas las alucinaciones y defectos de la imagen:
Las imágenes generadas son defectuosas, tienen proporciones extrañas o elementos inconexos, lo que refleja una falta de atención al detalle y de sensibilidad estética.
Entendiendo esto, no cuesta nada afirmar que su uso se asemeja a una acción de mala fe, dolosa. Es intentar pasar un billete falso como verdadero. Presupone lo peor de las personas a quienes se dirige el libro, teniéndolas por ignorantes o no merecedoras de algo con sentido, proyectando que se conformarán con las regurgitaciones de una máquina.
Tomemos esta portada como ejemplo:
Tenemos una figura central, una mujer cuyas connotaciones son orientales. Hay una idea de chorreo o manchas tipo acuarela, mal ejecutada. Los reflejos rojos de su pelo no tienen ninguna razón pues algunos se extienden o se cortan caprichosamente. Los pliegos de su ropa, con mucho esfuerzo pueden parecer una vorágine, pero solo son un montón de manchas arbitrarias que en la parte inferior terminan en líneas delgadas, algunas como si gotearan, pero otras finalizan en ángulos rectos mientras otras terminan curvas; totalmente inconexas unas de otras. La guinda de la torta, una figura curva de fondo, como un sol naciente, que es un círculo mal hecho, incompleto. Qué decir del interior de ese “círculo” con un segundo color análogo que no tiene ningún tipo de propósito en la composición.
No solo hablemos de errores. Las portadas generadas a menudo no respetan conceptos fundamentales como jerarquía, equilibrio, contraste y composición. Un buen diseño no es solo una cuestión de estética; es una forma de comunicación visual que debe guiar y entusiasmar al lector. Estas portadas, al carecer de un entendimiento profundo de estos principios, a menudo resultan en composiciones desordenadas y confusas. La culpa no es de la máquina, la máquina no puede tomar decisiones de ningún tipo, solo es un loro que repite “promedios”. Otro ejemplo:
Esta portada me apareció en redes sociales porque al parecer el libro ganó un premio. No pude encontrar una imagen más detallada que esta:
No sé ni por donde partir por acá.
Tal vez me puedo limitar a decir: anatomía dejó el chat.
Puedo elaborar un parche antes de la herida, y presuponer que una posible defensa de esta portada fuera por el derrotero de la monstruosidad o lo ominoso. Todas suposiciones de mi parte, sin duda, pero las he escuchado en otros casos: querer aprovechar el absurdo de la máquina como una estética particular.
Ahora, si esa es la intención, igual creo que no se manifiesta del todo por si misma y solo se sostiene en su propia declaración; porque es un hecho que el algoritmo hace eso con las caras, las manos, los cuerpos, sus proporciones. La intención no puede ser equivalente a los parámetros ya dados por la configuración de una máquina.
Para llevarlo a otro lugar, quienes promptean imágenes (sin más) parecen -además- no tener capacidad de componer o editar lo que producen, quedan sujetos a la programación limitada de la máquina, a la merced de sus ocurrencias. Y en ese último sentido, el montaje sigue pareciendo una mejor opción, el tema es que saber montar claramente requiere capacidad técnica, tanto en herramientas como en la coherencia final que debe tener una imagen, como por ejemplo en la unidad del color.
Quiero mencionar que particularmente en la literatura de ciencia ficción y fantástica abundan portadas realizadas con algoritmos generativos, como los dos ejemplos que aquí muestro.
El autor de este último libro ha escrito una suerte de justificación sobre el uso de estos generadores en un texto que llamó: ¿SUEÑAN LAS IA CON HUMANOS ELÉCTRICOS?. En general texto es apologético y realiza algunas analogías que me parecen falsas o descontextualizadas. Se enfoca mucho en responder a las problemáticas éticas por derechos de autor y precarización de artistas -de manera discutible-, pero sobre todo creo que su texto yerra en reconocer que las imágenes que producen estas herramientas, son sencillamente feas y carecen de intención. O si vamos un poco más lejos: tener una imagen no equivale a que la misma ipso facto sea una portada.
La que acompaño aquí arriba (Yggdrasil), ilustra esto: la elección tipográfica es deficiente y carece de personalidad, el sombreado que utiliza es apenas una medida parche para separar efectivamente los elementos verbales del fondo, usa 3 fuentes distintas de manera desproporcionada, desalineada y con un interlineado no armónico; y el color blanco de la fuente no armoniza con los colores del dibujo. Los elementos verbales se sienten desconectados, superpuestos. Feísimo.

Por otra parte, la falta de distinción en estas imágenes es irrisoria. Al ser tan repetitivas y similares, me parecen lo menos atractivo que hay. ¿Quién quiere que su libro tenga una portada que se asemeje a la de otros diez títulos en la estantería?
La sensación de que estas imágenes son "falsas" es palpable. Todas las cosas hablan y todo puede ser leído aunque no haya una intención comunicativa. Y estas portadas gritan que no tienen valor porque la editorial no pudo conseguir o no tuvo los recursos de presentar una propuesta interesante.
Juzguemos los libros por sus portadas
No se me malinterprete: antes de los algoritmos, ya existían portadas malas. Siempre habrán riesgos y apuestas. Quiero afirmar: el uso de algoritmos asegura ese resultado fracasado.
Así que, editores, la próxima vez que piensen en usar este recurso para sus portadas, piensen en el mensaje que están enviando, en lo genérico e incongruente que será la obra final y al hecho de que estarán comunicando que carecen de recursos estéticos para producir un resultado duradero, atractivo, conmovedor.
¿Realmente quieren ser parte de una industria que se conforma con lo mediocre? La respuesta debería ser un rotundo no.
Y para los lectores: juzguen los libros por sus portadas.
Como nota final, encontré este link de editoriales españolas que usan IA, por si quieren agregar nuevas pestañas para editoriales de otros países:
https://docs.google.com/document/d/1HxgYqIIbmLShT2tfgpK8Sk6PgjrV3LvWeQNrEW1BvJk/edit?tab=t.0